viernes, 17 de diciembre de 2010

Viaje al interior de los imprenteros del Borda




En el neuropsiquiátrico funciona un taller donde pacientes próximos a ser dados de alta fabrican
papeles artesanales que venden como tarjetas; el objetivo, favorecer su integración en la
sociedad
Viernes 14 de mayo de 2010 | 01:45 (actualizado hace 217 días)
Por Verónica Dema
De la Redacción de lanacion.com
vdema@lanacion.com.ar
La oscuridad de los pasillos del Borda no cruza el umbral de esta puertita blanca, modesta, mitad
vidriada, habitada por los "molineros de papel". Sobre un tender se ventilan, pinzadas con broches
de colores, hojas de papel artesanal recién prensado.
Carlos, 41 años, es uno de los alumnos prodigio del taller Molineros del Borda. El psicólogo
Alfonso Gutiérrez Reto, jefe de sección del Programa de Pre Alta del hospital, cuenta que Carlos
aprendió muy rápido la técnica. "Es un poco el coordinador", dice. "Tiene una mano bárbara. En
dos meses manejó el procedimiento a la perfeción". Y lo invita a que explique él a lanacion.com el
proceso de fabricación de papel del que participa junto con seis compañeros.
Entonces Carlos empieza a narrar y, al mismo tiempo, va mostrando con cada máquina el camino
desde que llega el algodón al taller hasta que se vuelve una fina lámina, que se corta y termina en
una tarjeta impresa. "Hacemos tarjetas personales, de cumpleaños, de casamiento, de fiestas de
quince", enumera. No hizo falta que le dijera nada a su compañera María Teresa, que estaba
atenta a su relato: ella enseguida arrimó una cajita llena de tarjetas de todos colores, antiguos
trabajos ya entregados. Orgullo de todos.
Video: los molineros del Borda
Luego, varios de ellos parecen entusiasmarse con contar lo suyo. Aldo está parado muy quieto
cerca de la puerta, mientras los demás trabajan entorno de una mesa larga llena de papeles. Es la
hora del almuerzo; la cocina está pegada al taller y el olor a salsa le gana la pulseada al de tinta
fresca. Finalmente, elige quedarse unos minutos más y pide la palabra para contar que él siempre
estuvo vinculado al papel, pero de otra forma. "Toda la vida fui productor de seguros, trabajé con
papeles", relata. Aclara que va todos los días a la pequeña imprenta del hospital más que nada
para no estar solo.
El psicólogo al frente de este programa hace hincapié en esto que señala Aldo. Por su experiencia
de casi 30 años en este neuropsiquiátrico sabe que, más allá de lo que los internos aprenden,
este tipo de espacios promueve las relaciones sociales. "A partir de estas actividades se
reconocen en la producción y, al mismo tiempo recuperan vínculos con sus compañeros y con
personas ajenas a este mundo, como los clientes", explica.

fuente:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1264285

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