Eric Laurent: “Tenemos en la
mano los medios de control sobre nosotros. Somos observados desde
cada pantalla, y esto resuena con el sentimiento de que Dios nos está
observando.”
¿Por qué no hay atajos para sus
problemas?
El deseo de respuestas rápidas tiene
más que ver con el consumismo que con la terapia, afirma el
psicoanalista lacaniano, Eric Laurent.
Jacques Lacan. Revolución
cognitiva en psicología
El psicoanalista francés Eric Laurent
explora un futuro alternativo para la psiquis humana. Se encuentra
extremamente perturbado por la mirada mecanicista propuesta por
investigadores del cerebro y otros quienes reducen el funcionamiento
de la mente a un proceso de pensamiento. Tal como es propuesto por
los psicólogos cognitivos, en lugar de pensarlo como algo más
básico y automático. Desde el psicoanálisis dirige una crítica a
las tendencias dominantes en psicología. Y en este recorrido también
nos esclarece el modo en que los gadgets nos observan mientras nos
imaginamos que somos nosotros quienes los observamos.
El Dr. Laurent es uno de los
principales seguidores del psicoanalista Jacques Lacan. Estuvo 14
años en análisis con Lacan, quien falleció en 1981. Como Ex
Presidente de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, la cual
promueve la doctrina lacaniana, Laurent es docente en el Departamento
de Psicología de la Universidad de Paris VIII. Además ha publicado
múltiples artículos y libros que han sido traducidos a numerosas
lenguas. En su libro “Lost in Cognition,” recientemente publicado
en hebreo por Resling (traducido del francés por Nehama Gesser;
no hay edición en inglés hasta el momento), Laurent debate acerca
de lo que se está perdiendo a partir del empuje actual en psicología
hacia un enfoque científico: tanto en el campo de la terapéutica
como en lo que atañe a la mirada general sobre la psiquis humana.
Conocí a Laurent durante su reciente
visita a Israel como invitado de la décima conferencia de la New
Lacanian School of Psycoanalysis en Tel Aviv. El título de su
conferencia fue “Leyendo un síntoma” (“Reading a symptom”)
En “Lost in Cognition” Laurent
enfrenta los abordajes terapéuticos actuales, como por ejemplo la
psicología cognitiva, focalizados en los resultados contra los
abordajes psicoanalíticos, en los que se hace foco en el proceso.
Probablemente la mayoría de las personas que realizan un tratamiento
psicológico, no imaginan el resultado final como una conciliación
con el síntoma, sino como la completa desaparición del mismo.
¿Uno de los problemas del
tratamiento psicoanalítico, y de las psicoterapias que ha inspirado,
está en el hecho que los pacientes no comprenden realmente aquello
que se les ofrece?
“Entender lo que hay en la balanza.
Pienso que esto refleja el discurso dominante de este período.
Quienes iban a ver a Freud, se dirigían a un psicoanalista en un
tiempo en el que nadie sabía qué era la psiquiatría. Buscaban el
alivio de su sufrimiento y se dirigían a quien era descrito como un
especialista en esa área – un especialista solitario con sus
métodos singulares en los que se aprendía a confiar, de un modo
comparable al de la medicina de tiempos antiguos.”
“Actualmente, el discurso de la época
impone que se debe ser creativo, tener medios y sobre todo conseguir
resultados. La posición analítica deriva precisamente de tomar al
discurso dominante como aquél al que los sujetos retornan o aquel en
el que están inmersos – que es el ideal del período de tiempo en
el cual viven. ¿Pero qué quieren realmente? Esto es, por encima y
más allá del hecho de que tengan en cuenta su pedido, su queja en
términos del discurso imperante en la época. Ellos dicen “Por
favor ayúdeme a deshacerme de las dudas que me torturan acerca de mi
esposa: ¿Es ella la persona indicada para mí? ¿Debería elegirla a
ella o a mi amante? ¿Tiene razón ella? ¿Tengo razón yo?’ ”
“Aparentemente, ellos están pidiendo
algo muy claro: ‘Dígame cómo hacer lo correcto con mi
sufrimiento, con los conflictos que no puedo resolver. Deme la
solución.’ Sin embargo en definitiva, lo que verdaderamente se
está diciendo es, ‘Soy un fracaso en todo esto, ayúdeme a
deshacerme de mí mismo.’ Si usted escucha el modo en el cual los
sujetos articulan su sufrimiento, sus dificultades existenciales,
siempre hay una tensión entre el aspecto específico, que está
limitado a aquello de lo que quieren deshacerse y el deseo de una
transformación completa – el deseo de ser alguien más, para vivir
acorde a los ideales de su tiempo y para poder liberarse de todas las
contradicciones que constituyen la historia personal de cada uno.
“La habilidad clínica del
psicoanalista, en nuestro tiempo y en períodos anteriores, puede
ubicarse en la decisión de responder de una manera precisa a los
elementos limitados contenidos en la queja del sujeto. Algunas
personas son capaces, a través de la pequeña ventana creada por su
queja, de lograr el acceso a la compleja mixtura creada por su
historia personal, mientras que otros no pueden. No hay un “talle
único” que sirva para todos. (‘one size fits all’)’”
Ud. escribe que en algunas
terapias cognitivas lo que se recibe es el fetichismo de una figura
ideal con quien uno trata de identificarse, en el mismo sentido que
la industria de la publicidad busca que nos identifiquemos con los
modelos y los productos que están vendiendo.
“Una de las demandas de nuestros
tiempos capitalistas es la necesidad de pensarnos a nosotros mismos
como empresarios que deben maximizar sus vidas. Debemos pensar más,
disfrutar más, experimentar una vida sexual más intensa. Si no lo
maximizamos, los vemos como un fracaso, donde los únicos culpables
somos nosotros mismos. Entonces, la demanda más común será ‘Por
favor, arrégleme.’ Ese es el ideal del superyo: ‘Por favor,
arrégleme, vuélvame super-productivo.’ Desde mi punto de vista,
es más acertado tomarlo como una demanda del superyo que pesa sobre
el sujeto e interpretarlo consecuentemente − en lugar de tratar de
acceder a él. En definitiva, todos pueden percibirse como fracasados
en cierto sentido, y lo cierto es que no es tan terrible.”
¿Qué puede decirnos acerca de
las técnicas cognitivas que han sido probadas como muy efectivas,
tales como la sensibilización – una exposición gradual al objeto
temido en el tratamiento de las fobias?
“Voy a responderle tomando como
ejemplo a un paciente mío que sufría miedo a volar. Había todo
tipo de historias en su familia acerca de aviones y sobre el ideal
del piloto, entonces él tuvo un conflicto con ello y fue obligado a
confrontarlo. En cierto momento del tratamiento el paciente me cuenta
que debe tomar un avión por motivos laborales. Yo lo animé a
realizar una terapia cognitivo-comportamental de exposición en la
cual era expuesto a una realidad virtual que simulaba un avión, cuyo
método consiste en el intento de acostumbrarlo a una situación de
miedo inducida. Desde mi punto de vista, esto es comparable a tomar
un medicamento que calme el miedo antes de abordar un avión. El
tratamiento alivió su condición, pero el miedo básico permaneció.
Se repuso al miedo pero le llevó más tiempo lograr finalmente
sentirse a gusto en un avión.”
“Si alguien se dirige a un analista
en búsqueda de un tratamiento y dice, ‘Quiero deshacerme de mi
miedo a volar porque quiero tomar un avión,’ yo le digo, ‘Intente
terapia de exposición.’ Si esto sucede en el curso de un análisis,
puedo decirle, ‘Vaya, hágalo y luego vuelva.’ La vida es
difícil. Hay algunas herramientas que están disponibles para usted,
entonces vale la pena utilizarlas.”
¿Que es aquello que en realidad
se pierde cuando alguien lleva sus síntomas a un psicólogo
cognitivo?
“Le puedo decir dónde no acuerdo con
mis colegas desde el punto de vista ético. Me opongo al componente
comportamental que existe en la combinación habitual de la terapia
congnitivo-comportamental. El paciente va a encontrarse en
confrontación con una autoridad poderosa que trata de imponer un
cambio comportamental con un abordaje del tipo “talle único”
para todos (‘one size fits all’). Como si el comportamiento bueno
existiera y pudiera ser estandarizado. Esto no sólo es dañino para
el sujeto, es verdaderamente peligroso para los ideales de libertad.
En 1971, en el auge de la “manía” comportamental, Skinner [B.F.
Skinner, el padre del conductismo] declaró a la revista Time que la
libertad es un lujo que no podemos permitirnos.
Entre Lacan y Chomsky
Laurent comienza su libro con una
animada descripción de sí mismo en un seminario de Lacan, lidiando
trabajosamente con sus doctrinas. “Principios de Noviembre de 1975,
sólo podíamos estimar la ignorancia desprovista de gloria que
configuraba nuestro destino,” escribe y continúa, “De repente,
en Diciembre de 1975, un rayo de luz aparece. Lacan regresa de los
Estados Unidos y habla acerca de de Noam Chomsky. Nosotros conocíamos
el trabajo de Chomsky… entonces supusimos, que seríamos capaces
de encontrar algo allí, un punto de apoyo.”
Es interesante pensar que cuando
Lacan menciona al lingüista Noam Chomsky, quien fue el precursor de
la revolución cognitiva en psicología, pareciera que usted y sus
amigos casi suspiraron aliviados: He aquí algo que conocemos.
Laurent ríe: “Sí, eso es cierto,
pero el punto de vista cognitivo de Chomsky es muy diferente al
modelo teórico que está implícito en la terapia cognitiva. La
manera más sencilla de explicar la diferencia es a través de la
pregunta acerca de si la experiencia humana puede ser reducida al
aprendizaje. Chomsky lo ejemplificaba en relación al lenguaje
declarando que su infinita complejidad no podía ser explicada
solamente en términos de aprendizaje. Dentro del sistema
lingüístico, Chomsky señalaba que pueden ser creadas y
comprendidas un infinito número de oraciones cuya existencia no
puede explicarse solamente a través de un sistema finito de
aprendizaje.
“De manera similar, los más grandes
matemáticos afirman que no han aprendido matemáticas sino que se
tropezaron con ella o se zambulleron en ella. Ellos sólo aprendieron
las técnicas, pero la esencia de las matemáticas no es algo
aprendido. En sus biografías, muchos matemáticos, cuando intentan
describir ‘cómo funciona,’ hacen uso de términos que se
relacionan a un acceso a un mundo infinito de ideas que existe en
alguna parte, externo a ellos. Entonces, tenemos lo infinito en
lingüística y lo infinito en matemáticas y también tenemos lo
infinito en la experiencia psicoanalítica – en la contradicción
entre la repetición del modelo de su vida y la aparición de una
nueva experiencia, a través del aparentemente infinito proceso de
repetición, algo nuevo será descubierto.”
Me gustaría aprovechar esta
oportunidad para solicitar una formulación para “laicos”. Entre
psicoanalistas, qué significa cuando alguien afirma que es un
psicoanalista lacaniano?
“Responderé de manera muy simple. En
la década del 50 había un debate en el movimiento psicoanalítico
acerca del inconsciente: ¿está hecho de trazos biológicos? ¿Está
adentro nuestro? ¿Está por fuera nuestro? Lacan propuso que el
inconsciente es un sistema que no está adentro nuestro, sino que al
igual que el lenguaje se encuentra por fuera. Tenía esta frase: ‘El
inconsciente está estructurado como un lenguaje.’ No se refiere al
lenguaje en un sentido lingüístico, sino al hecho de que está allá
afuera, en el exterior. Reaccionamos a un sistema que no es nuestro
cerebro y esto no sucede a través del pensamiento, pensando en él,
sino que estamos sujetos a sus influencias sobre nosotros”
Para Laurent, el intento de los
investigadores del cerebro por situar la manifestación del
inconsciente en mecanismos cerebrales, dentro del cuerpo, en lugar de
externo a él, pone al psicoanálisis en riesgo al adoptar una falsa
perspectiva. Esta perspectiva depende de una reducción a lo físico,
en la cual el encantamiento especial de un inconsciente que existe
por fuera nuestro – y cuya influencia es evidente en todas nuestras
relaciones – estará perdido.
En el lobby del Dan Hotel, vestido con
un saco Laurent, obedece las instrucciones del fotógrafo del
Haaretz, Ilya, mientras toma su cámara y murmura para sí mismo
algunas frases sobre la toma. En ese momento, Ilya, se disculpa con
Laurent “Disculpe, estaba hablando conmigo mismo” a lo cual
Laurent responde al instante “Siempre hablamos sólo para nosotros
mismos”
Creyendo en Santa Claus
Laurent es crítico del intento actual
de proponer una conexión entre el psicoanálisis, los investigadores
del cerebro y las ciencias cognitivas. En este libro no duda en
embatir contra figuras clave que están al frente del intento de
integrar ambos campos, como por ejemplo el psicoanalista Peter Fonagy
y el investigador de la memoria y premio Nobel Eric Kandel.
Laurent ubica dos principales peligros
en los intentos de interconectar ambos campos. El primer peligro es
la reducción del sujeto humano al organismo biológico o en las
palabras de Laurent, a cierto tipo de automatón.
El segundo peligro es la pérdida de la
duda psicoanalítica sobre la existencia de una autoridad externa,
sea ésta la ciencia o la naturaleza, que experimenta la
reconstrucción “de una creencia en Santa Claus” de la que el
psicoanálisis ha luchado por liberarnos”. Sin embargo, cuando los
hallazgos científicos pueden ser útiles al abordaje psicoanalítico,
Laurent no los rechaza absolutamente.
Un descubrimiento de los investigadores
del cerebro que despertó un inmenso interés entre los psicólogos
fue en la década de 1990 aquel referido a las llamadas “neuronas
espejo”. Se trata de células nerviosas que reaccionan de la misma
manera en la persona que realiza una acción y en la persona que
observa a alguien más realizando dicha acción. En otras palabras,
en términos de actividad celular, el comportamiento de otra persona
es “reflejado” como si fuera el comportamiento del observador.
¿Cuál es su punto de vista
acerca de la rápida incorporación de las neuronas espejo por parte
de los psicólogos como prueba de la naturaleza innata de la empatía?
“Para empezar, podría funcionar como
una crítica a la empatía como un proceso de pensamiento (en lugar
de algo más innato). No se trata de imaginar qué sucede en la mente
del otro; es automático, se trata realmente de algo en mí que me
identifica con el otro. Estoy atascado en el espejo. Lacan dijo
“Usted piensa que está mirando la televisión, pero es la
televisión quien lo está mirando” Su visión está “apresada”
en la mirada del televisor o del espejo. A través de esa imagen,
usted se ve a sí mismo. Nos relacionamos con nuestro doble, con la
pantalla que nos observa e hipnotiza. El descubrimiento de las
neuronas espejo nos muestra que somos más camaleónicos de lo que
nos imaginábamos. Los camaleones son observados por el objeto y
cambian de color en relación a lo que es proyectado sobre ellos, y
en cierto sentido nosotros también somos así.”
¿A dónde cree usted que esto
nos lleva, siendo que actualmente llevamos pantallas con nosotros a
donde quiera que vayamos?
“En un cierto sentido, tenemos en la
mano los medios de control sobre nosotros. Somos observados desde
cada pantalla y esto resuena con el sentimiento de que Dios nos está
observando. Al mismo tiempo, estos instrumentos son algo maravilloso
en el sentido que contienen nuestra vida entera – las fotos, los
sonidos, los escritos – todo ello contenido digitalmente en una
única y solitaria máquina. Esto puede ofrecernos un modo de vivir
mejor nuestras vidas, pero al mismo tiempo introduce un juicio sobre
nuestras vidas en cualquier momento. La pantalla nos observa y parece
preguntar ‘¿Hizo usted lo correcto para maximizar su vida hoy?
¿Fueron sus acciones tan buenas como aquellas en su MacBook?’
“Ese es el miedo. Tan pronto compro
mi última MacBook, sé que en California, Apple ya está preparando
la nueva generación. Cuando compro mi iPhone 4S ya es obsoleto
porque habrá un iPhone 5, que tendré que comprar si quiero
preservar mi capacidad. De este modo los aspectos técnicos de estos
aparatos pueden ser simultáneamente excitantes, desarrollar y
expandir la vida y al mismo tiempo ser signos de muerte.
“Del mismo modo que los fenómenos
que podemos observar en ciertos países donde los adolescentes se
encierran en sus habitaciones y se aíslan de todo tipo de
comunicación con el mundo que no sea a través de la computadora.
Esta puede ser la vía de volverse globales pero también la vía de
cerrarse y quedar por fuera del mundo.”
Euforia inicial
En la conferencia en la
Universidad de Tel Aviv usted habló sobre el nuevo camino emprendido
por las neurociencias. ¿Teniendo claro que no es realmente posible
crear un modelo de la mente, cree usted que el cambio se dirige hacia
la sustitución con prótesis, como por ejemplo un brazo robótico o
un ojo artificial que están conectados y controlados por el cerebro?
“Si. Cuando se conversa con los
investigadores del cerebro, se registra que un cambio ha ocurrido. Ha
habido un cambio de las preguntas sobre cuestiones básicas – desde
el intento de crear un modelo comprensivo sobre el funcionamiento del
cerebro a la investigación aplicada al intento de construir en el
menor tiempo posible, prótesis que serán capaces de ayudar a
personas con discapacidades.”
¿Usted ve esto como un cambio en
el cual la ciencia dejaría lugar para el inconsciente?
“Si, hasta un cierto punto. Luego de
la euforia inicial, en la cual se imaginó que se podría lograr
mucho en muy poco tiempo, no parece ser que las ciencias del cerebro
hayan dejado de lado la idea de un modelo funcional de la mente. La
corriente principal actualmente está focalizada en herramientas
aplicables a un uso práctico.”
La ‘nueva psicología’ del
capitalismo
El día de mi conversación con Eric
Laurent, la Revista Haaretz publicó un artículo de la Profesora Eva
Illouz titulado “Una mente correctamente manejada” (15 de
Junio). Laurent cita de este artículo: “¿Por qué el
neoliberalismo funciona tan bien como sistema ideológico? Porque
calza como un guante con la visión mundial dominante en tantos
países del Oeste y promovida por la psicología popular: somos
responsables de nuestros fracasos.”
Dejando el periódico de lado, Laurent
afirma “Yo diría lo contrario: es el capitalismo quien ha creado
para sí una nueva psicología a la medida de sus necesidades. Esto
forma parte del corazón de la burocracia y del modo en el cual la
medicina está construida, dentro de las nuevas estructuras de poder
que controlan los países desarrollados. El sistema médico completo
se ha convertido en un modo de ejercer el poder y catalogar a las
poblaciones, para ubicarlas en un nuevo orden que se ve directamente
afectado por la ciencia. Eva Illouz se refiere a las estadísticas
del número de psicólogos en los Estados Unidos y la estadística de
la “industria de la salud”, las cuales considera como dos
entidades muy distintas. La psicología y en una medida mucho menor
el psicoanálisis, son sólo una parte muy pequeña de aquello en lo
que se ha convertido la medicina.”
Desde la experiencia personal de
Laurent, el psicoanálisis fomenta en realidad el revolucionarismo
social. En relación a su análisis con Jacques Lacan, relató que en
el pasado el Dr. Lacan no le permitió perderse ni una sesión de
análisis, ni siquiera por una de las manifestaciones que se
realizaban en ese tiempo: Ese fue el período de las manifestaciones
estudiantiles en Paris de los años 60. Para Laurent una de las
cuestiones que pone aparte al psicoanálisis y lo diferencia de los
abordajes de la psicología cognitiva es la posición en relación a
los aspectos morales y éticos de la existencia humana.
“Freud nunca ignoró el hecho de que
más allá de la cuestión de aliviar el sufrimiento, hay también
cuestiones de ética y moralidad,” afirma “Cómo vivir una vida
consistente con la moral – ‘trabajar y amar,’ cómo él ha
dicho − y al mismo tiempo rechazar las falsas ideas de moralidad
contemporáneas.”
fuente /
Entrevista a Eric Laurent, por Or Ezrati, publicada en Haaretz el 29
de Julio de 2012
Traducción por Cecilia Rubinetti
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